Alberto Sanz
Ligar en los bares de copas ha pasado de moda. Los solteros ya no pierden ni su tiempo ni su dinero. Aplicaciones como Tinder les encuentran un elenco de candidatos sin tener que moverse del sofá. Esta facilidad es mortal para los negocios que más se han lucrado de las largas noche de paciencia para ‘tirar la caña’ con la venta de consumiciones y bailes.
Y esta tendencia se está haciendo notar en los últimos años en las cajas de los pubs. Según los datos facilitados por Confederación Empresarial de Hostelería de España, extraído dela Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto en los locales de ocio nocturno ha caído un 3,7% en 2018 respecto al año anterior y un 6,7% en 2017 respecto a 2016. Unos retrocesos que chocan con las subidas en estos dos años en la facturación en todo el sector de la hostelería del 3,1 y 6,9%, respectivamente.
«Los usos de ocio se han modificado, ya los bares han dejado de convertirse en un sitio que sólo sirve para conocer gente», explica a Vozpópuli el secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, Emilio Gallego. «Hoy hay nuevas fórmulas para tener relaciones personales y sentimentales, un fenómeno que ha provocado que los bares nocturnos hayan abandonado su papel de lugar de encuentro y recurran a la oferta de experiencias con fiestas temáticas para sobrevivir», añade.
El Anuario de la Hostelería de España de 2019, presentado este martes, muestra que los establecimientos de bebidas, los bares en general, han pasado de 202.699 en 2010 a 183.306 en 2018. Gallego reconoce que en esta caída de cerca del 10% de la red de bares en España tiene una gran influencia el retroceso de los conocidos como bares especiales (nocturnos), aunque no estén disponibles los datos concretos de esta rama.
«El mayor componente de la desaparición es la pirámide demográfica y la distribución territorial», apunta el representante de la Confederación Empresarial de Hostelería de España. «No es lo mismo los negocios nocturnos de lugares como Ibiza o Madrid, que en comunidades como Castilla y León», matiza. Aunque, en esta diferencia territorial, hay tener en cuenta que ‘los Tinders’ hacen más daño en las grandes urbes por la gran oferta de candidatos frente a las pequeñas poblaciones.
¿Vaso de tubo o ‘click’?
El proceso que están sufriendo los bares de copas es otro ejemplo de los tiempos de la inmediatez. El vaso de tubo por unos seis euros con las largas horas entre barra y pista de baile se suple con un simple ‘click’ si tu intención es ligar. «Ir a un club nocturno para entregarte al azar, gastando tiempo y dinero, ya no cala en estos nuevos tiempos donde reina la inmediatez», valora Francesc Núñez, profesor de Humanidades de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC). «Es una cuestión de coste y beneficio a nivel de relaciones», enfatiza.
Además de la inmediatez, los bares se ven afectados por las nuevas tendencias. El 74,9% de los jóvenes de entre 15 y 29 años asegura que la actividad que más realiza en su tiempo libre es chatear o navegar por Internet, frente a un 22,7% que apunta a salir por la noche (ir de botellón, o a bares y discotecas para beber o bailar), según un reciente estudio de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).
«Creo que puede llegar un punto de agotamiento en este tipo de aplicaciones de citas y redes sociales. De entrada todas estas herramientas son fascinantes y te ahorras muchos pasos, pero se irán recuperando las relaciones humanas», concluye el profesor Nuñez. Una vuelta a la ‘humanidad’ que da esperanza a la cuenta corriente de los empresarios de la noche.
Fuente: https://www.vozpopuli.com/
