El ecoturismo, el turismo de aventura en áreas cercanas a la ciudad y las experiencias nocturnas gastronómicas, culturales y musicales en la ciudad son algunas de las ofertas que el turismo dominicano puede potenciar para diversificarse, sobre todo en el Gran Santo Domingo.
Por ello, María Luisa Galán Otero, consultora turística de la firma española Inmark, el turismo dominicano cuenta con oportunidades para desarrollar una hoja de ruta compartida entre el sector público y privado orientada a generar una política nacional de turismo que amplíe la estrategia más allá del modelo tradicional «todo incluido».
En el marco del evento «Líderes formando líderes», organizado por el Clúster Turístico de Santo Domingo, la experta indicó que el sector requiere de más inversiones para estructurar productos más allá del sol y playa, que vayan orientados a atraer viajeros de nuevas generaciones, que están cada vez más interesados en tener contacto con las comunidades que visitan y su cultura.
«El viajero actual quiere reducir residuos, consumir menos energía y minimizar su impacto», destacó, puntualizando que el 84 % de los turistas internacionales quiere reducir su impacto al medio ambiente, y el 79 % está interesados en adoptar prácticas más sostenibles como, por ejemplo, el transporte que utilizan.
A esto, agregó que existen las condiciones para fortalecer la gestión de los atractivos turísticos, enfocado desde una perspectiva de sostenibilidad, algo particularmente importante debido a que el país, por su condición insular, es más susceptible a los efectos del cambio climático, según Diario Libre.
Durante su conferencia, Galán Otero enfatizó la importancia de utilizar las nuevas tecnologías para contar con datos que retroalimenten al sector y lo coloquen a la par con las tendencias globales, usar esta información para mejorar la gestión de destinos estratégicos –como la Ciudad Colonial– e incrementar la seguridad para residentes y turistas mediante sistemas de vigilancia avanzados.
Consideró que hay un ambiente propicio para incentivar la diversificación, gracias a la actual colaboración público-privada, sumado a nichos potenciales como el agroturismo, el aviturismo, el astroturismo y el turismo comunitario.