La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) anunció recientemente que sus empresas asociadas dedicadas a los viajes oceánicos acordaron voluntariamente extender la suspensión de sus operaciones desde puertos estadounidenses hasta el 15 de septiembre debido al COVID-19.
“La orden de no navegar emitida por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos expira el 24 de julio y aunque esperábamos poder reanudar la actividad lo antes posible después de esa fecha, es cada vez más claro que se va a necesitar más tiempo para retirar las barreras que lo impiden”, señala un comunicado de CLIA.
La Asociación indicó que tiene confianza en que los futuros cruceros van a ser “saludables y seguros” y cumplirán con las medidas requeridas, pero al mismo tiempo considera “apropiado” mantenerse “en el lado de la precaución para ayudar a garantizar los intereses de los pasajeros y tripulantes”.
Esa es la razón de la extensión de la suspensión de actividades. Además, ese tiempo adicional va a servir para consultar con los CDC medidas que sean apropiadas para la reanudación de las operaciones.
La extensión abarca a los miembros de CLIA sujetos a la orden de no navegar, que afecta a los barcos con capacidad para 250 personas o más, y la asociación seguirá evaluando el desarrollo de la situación con miras a decidir si es necesario ampliarla más.
En 2018, más de 421,000 empleos en Estados Unidos dependían de la industria de los cruceros.
Cada día de suspensión de las operaciones en EEUU le cuesta a este sector la pérdida de aproximadamente US$110 millones y de hasta 800 empleos en el país.