A raíz del hallazgo del cadáver con signos de violencia de Natanael González en uno de los parqueos del Hospital Pediátrico Dr. Hugo Mendoza, en Santo Domingo Norte, tras haber estado 11 días desaparecido, varias interrogantes han surgido sobre su trágico final.
¿Lo asesinaron en el mismo lugar que apareció su cuerpo? ¿Lo mataron en otra zona y lo trasladaron hasta ahí? ¿Ningún agente de seguridad vio nada extraño durante esos 11 días? ¿Dónde estaban las cámaras de seguridad? ¿Nadie vio nada, ni antes ni después?
Y así muchas otras preguntas emergen ante un escenario poco convencional ya que su cuerpo estuvo, prácticamente, frente a las narices de un gran flujo de personas que acuden a diario a esa zona médica. Y que, de no ser por una brigada de técnicos de Edeeste que estaba reparando una avería eléctrica y se percató del hedor que desprendía su yipeta Hiunday Negra, quizás las autoridades no se daban por enterado.
Pero no es el primer caso que se registra con esas extrañas carácterísticas. Y es que justamente hace casi 10 años, la doctora Soanny Montero, cuya desaparición acaparó todos los titulares durante una semana, apareció muerta en circunstancias similares.
Montero estuvo más de una semana desaparecida, lo que originó un operativo de búsqueda que tuvo mucho apoyo mediático. Sin embargo, su hallazgo desconcertó a todos ya que desde el principio de su desvanecimiento estuvo en el parqueo de la empresa Caribe Tours.
En aquel momento, un seguridad del parqueo se percató de un vehículo que tenía varios días estacionado y al acercarse, se dio cuenta de que un mal olor inundaba el lugar. Era Soanny Montero, quien según las cámaras de vigilancia, había parqueado su carro y había entrado a los asientos traseros por voluntad propia.
Lo que despertó la intriga de todos es que, de manera cuidadosa, ella había colocado un tapasol para que las cámaras no pudieran ver hacia el interior de su vehículo. Posteriormente, el Instituto Nacional de Patología Forense determinó que ella había fallecido por intoxicación mediante una sustancia que nunca pudo ser indentificada.
Santos Jiménez Báez, director de Patología, descartó en ese momento que el deceso de la doctora fuera por violencia física ya que tampoco hubo daños en ningún órgano de su organismo, “lo que dio al traste de que se trate de una violencia química”.
No obstante, sus familiares en principio negaron la versión del suicidio. Finalmente no dieron más declaraciones públicas y su caso nunca fue aclarado del todo.
PN investiga
Natanel no pudo ser velado debido al grado de descomposición que presentaba su cuerpo.
Él había salido de Barrio Nuevo, Sabana Perdida, el pasado 11 de julio con paradero desconocido, procediendo sus familiares a denunciar su desaparición inmediatamente. De acuerdo a sus familiares, el joven salió de su casa a entregar un pedido ya que se dedicaba a la venta de televisores que le mandaban desde el extranjero.
Los parientes lo han retratado como alguien «bueno» y «trabajador», por lo que descartan de antemano que este tuviera enemigos.
Por el momento, las autoridades aseguran que están investigando los pormenores que rodean el extraño suceso para darle un cierre a la familia.
La entrada La intriga de los desaparecidos hallados muertos en los parqueos se publicó primero en Periódico El Caribe.