Santo Domingo. – El exministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Isidoro Santana, considera que una reforma fiscal para el país en el contexto actual es necesaria desde hace tiempo.
Aprovechó la ocasión para señalar que está completamente convencido de que se amerita aumentar la presión tributaria para hacer más efectivas las recaudaciones y así resolver los problemas fundamentales de la sociedad.
Resaltó que en esos aspectos los gobiernos han fracasado y han sido incapaces en aplicar impuestos a las ganancias y la propiedad, al resaltar que la presión tributaria en el país se ha mantenido entre 13 % y 15% desde que mataron al dictador Rafael L. Trujillo.
“De lo único que estoy completamente convencido es que tenemos que aumentarla”, recalcó Santana al referirse a la presión tributaria.
El economista llamó a ver que con una presión tributaria de un 13 ½ % es imposible resolver los principales problemas del país. Puso como ejemplo que de ese porcentaje, si se destina un 5 % para pagar intereses de la deuda y el 4 % para educación, debemos ver que queda prácticamente un 5 %, con lo que es imposible resolver los problemas sociales.
“Y si lamentablemente se roban una parte y malgastan otra, estamos hablando de un país que tiene muy poca capacidad para resolver los problemas sociales, por eso es que insisto”, enfatizó Santana, durante su participación en el programa Reseñas, que conducen los periodistas Rafael Núñez y Adelaida Martínez R., por Entelevisión, cada sábado a las 09:00 p. m.
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El economista recordó que, según la Estrategia Nacional de Desarrollo, la presión tributaria de la República Dominicana debería rondar por el 21.5 %, pero que él se transaría al entender que eso es razonable desde el punto de vista macroeconómico, pero que eso es casi un sueño en el contexto actual.
¿Cómo debe ser la reforma fiscal?
Al opinar sobre lo que debe contemplarse en una eventual reforma fiscal, entiende que los impuestos deben ser progresivos, en el sentido de que la carga recaiga fundamentalmente sobre los grupos de altos ingresos y muy poco o nada sobre los pobres.
Explicó que los impuestos progresivos consisten en gravar los ingresos y la propiedad, porque ahí se puede discernir los que son altos y bajos, así como las propiedades de ricos y de pobres, por ende, lo que se postula es que los impuestos sean sobre estos renglones.
“Eso dio resultado en Europa. En la época del estado de bienestar se gravó con muy altos impuestos los ingresos y la propiedad; después vino la época neoliberal donde se empezó a bajar un poco los impuestos, pero siguieron siendo altos para los estándares de América Latina, donde los ricos tienen demasiado poder para impedir que eso se haga así y, en consecuencia, los gobiernos han tenido poco éxito en crear sistemas tributarios que descansen en los ingresos y la propiedad”, explicó Santana.
Manifestó que aunque insiste en que deben ser progresivos, “en la práctica nos hemos conformado en que se cobre más con la garantía de que el gasto sí sea progresivo”.
Apuesta por la eliminación de todas las exenciones
Isidoro Santana dijo que es entendible que a nadie le guste que le hablen de impuestos y sobre todo cuando se ve que una gran parte del dinero del Estado se malgasta y otra parte “se lo roban”.
“Por eso es la idea de un pacto en que la sociedad le exija al Gobierno en una reforma cómo usar el gasto”, señaló.
Entre las opciones de cómo afrontarlo apuntó la eliminación de las exenciones o exoneraciones.
“He dicho públicamente que estoy de acuerdo en que se eliminen todas las exoneraciones, pero no es porque me sienta identificado con la eliminación de todas, sino porque se ha puesto en evidencia que cuando se deja una, se abre una brecha para que se vayan colando otras”, explicó.
Considera que la sociedad no tiene que centrarse en una discusión del monto de los impuestos y su naturaleza, sino concentrar su atención en que el dinero se use bien.
El anticipo: una figura odiosa para evitar la evasión
“¡Ojalá que pudiera eliminarse!”, es la expresión de Isidoro Santana al referirse al anticipo, el cual calificó como una de las figuras más odiosas que hay en la legislación dominicana. La definió como una forma de cobrar unos impuestos que se establecieron para tratar de evitar la evasión.
Dijo que el anticipo consiste en obligar a la gente a que, antes de llegar a fin de año y hacer su declaración jurada, vayan adelantando una parte de lo que le corresponde pagar en el transcurso del año.
“Evidentemente es odiosa por todo lo que le involucra al contribuyente: los inconvenientes, las molestias, el flujo de caja… Puede ser injusta porque puede estar obligando a un individuo o empresa a pagar sobre ingresos que no va a tener y, entonces, tener que reclamarlos a final del año con todos los inconvenientes que eso conlleva”, razonó el economista, quien agregó que pese a esto, entiende la razón tributaria del anticipo, ya que hay demasiada evasión en el país.
“Si hay tanta evasión y ha habido tantas dificultades para eliminarla y los mecanismos que se pusieron para ponerle un poquito de control se quitan, entonces se puede esperar que la evasión aumentaría aún más”, expresó, al añadir que habría que esperar las acciones del gobierno.
La evasión, ¿cómo enfrentarla?
Aunque precisó que hay técnicos especializados para crear las herramientas que eviten la evasión, expresó que para enfrentarla es necesario que el gobierno ejecute las medidas coercitivas con las que cuenta.
Entiende que, en muchos casos de evasión, por la captura de la política que hacen agentes económicos y grupos empresariales en muchos casos, el Estado renuncia a ejercer ese poder coercitivo.
Manifestó que sí está claro que en la medida en que se abren brechas para eludir legalmente, por ahí mismo se evade el cumplimiento de los compromisos y desde ese punto de vista es que debe contemplarse en la reforma cerrar esas brechas.
Sobre la diferencia entre evasión y elusión, dijo ambas tienen un mismo fin, pero que la primera aplica métodos ilegales sancionables y la segunda encuentra los mecanismos, sin violar la ley, para eludir pagar impuestos.
“Los grupos de interés son expertos en buscarle la vuelta, desde el punto de vista legal, y tienen los mejores asesores en derecho y contabilidad para eludir y adaptar la ley de forma tal que le vaya dejando las brechas por donde van a escapar y esta es una parte fundamental de la reforma, por eso me atrevo a pedir que se eliminen todas las exenciones y exoneraciones”, explicó.