Por Bolivar Mejia
En el restaurant del club de playa de Caney Beach Home se combinan los elementos de la naturaleza, que es el marco de este proyecto, con los sabores de la gastronomía criolla, comer en Caney acariciado por la brisa fresca del mar y arrullado por los murmullos del oleaje caribeño, es una experiencia que tienes que disfrutar.
La Piña Caney, una creación del chef del restaurante, Vladimir Santana, un banilejo que cocina bueno; es el plato insignia del lugar y se sirve dentro de una cazuela hecha con la fruta de la piña, con todo y moño, rellena de mariscos.
Camarones, trozos de pulpo, calamar, langostinos y un poco de mariscada, sumergidos en la salsa criolla del chef, recubiertos por una capa de queso mozzarella y Galleta rallada; el plato se sirve decorado con lonjas de plátanos y papas fritas y con la guarnición de su preferencia.
La Piña Caney provoca inquietud en el paladar y dispara la imaginación de quien no la ha probado y la ve llegar a otras mesas mientras espera la suya. Ya había escuchado hablar de esta delicia del litoral de Matanzas en Facebook, acompañada de fotos de comensales satisfechos y no puedo negar que la curiosidad me pellizcaba.
Por eso cuando la atenta camarera de Caney Yeimilí Montilla, una joven con un sentido natural del servicio, que agasaja con su atención a los clientes del lugar, me trajo el plato, deje que el sentido del olfato buceara por las profundidades del olor a mar, que emergió de la cazuela formada por la fruta tropical y de inmediato la ola involucró a los demás sentidos, al percibir el golpe de sensaciones que recibí en la boca cuando tomé el primer bocado.
Para sentir la profundidad de los sabores de la Piña Caney, hay que cerrar los ojos y dejar que las papilas se empapen del jugo de la carne de los mares; en este plato, la fuerza del marisco se mezcla con el noble sabor del queso mozzarella y la galleta rallada, que actúan junto al ácido que desprende la piña, al ser brevemente calentada al horno, para que libere un poco la acidez y así crear en la boca esa textura de sabores que subyuga el paladar.
El chef Vladimir se inspiró en el mar cuando imagino este plato, por eso la sensación al probarlo es poética, el matiz en la crema del guiso, adquiere la esencia de los ritmos caribeños y al degustar la piña Caney se siente como si bailaras un areito dentro del gran caney del nitaino Baní y en el fondo de la sensación, se asienta cremosa la presencia del coco, que casi siempre protagoniza lo más excelso, de los guisos criollos.
La especialidad de la casa son los mariscos, es muy popular el ceviche de mero con pedacitos de piña, también sirven el ceviche de camarones con salsa de tomate, chillo fresco, frito, a la criolla con coco y al vapor y hay una entrada de la que todo el mundo habla, las Chivirricas, tal vez en otra ocasión hable de ellas, puesto que en el Sur el chivo es un emblema de la culinaria de la región. Si llegan a Caney Beach Home en Matanzas, no olviden probar la Piña Caney. Los precios son proporcionales a la calidad y el excelente servicio que prodiga el personal.
