Santo Domingo. Participar en el rodaje de la película dominicana Día 8, inspirada en la vida del padre Emiliano Tardif, fue una experiencia profundamente significativa. Fui convocado por la Iglesia Católica en horas de la madrugada y junto a otros feligreses llegamos al colegio Don Bosco, donde se grababan algunas escenas. Desde el primer momento, se percibía que no era una simple filmación, sino un acto de fe colectiva.
En la sala de cine, luego del estreno, un veterano del mundo cinematográfico rompió el silencio con una afirmación contundente: “Esta película es de las mejores producciones cinematográficas”. Esa frase reflejó lo que muchos sentimos al verla: una conexión entre imagen, testimonio y emociones profundas que despertaron recuerdos, lágrimas y esperanza.
La película, producida por Ángela Medina y Effetá Films, no solo rinde homenaje a Tardif, sino que da voz a quienes lo vivieron de cerca. Sus misas de sanación, su mensaje de fe y sus obras dejaron una huella imborrable en la sociedad dominicana. Aunque canadiense de nacimiento, para los dominicanos, Emiliano Tardif es parte de esta tierra.
También se destaca el trabajo de las actrices Angeline Monegro Medina y Fahdly Samira Jacobo, quienes representan una nueva generación de talento comprometido con historias que inspiran. Día 8 es más que una película: es un testimonio de vida, una obra de arte con alma y una celebración del poder transformador de la fe.