Meliá Hotels International “dará por superada la peor herencia del Covid” en el cuarto trimestre de 2024, afrontando a partir de entonces “una nueva etapa de generación de valor”. Así lo destaca su consejero delegado, Gabriel Escarrer, quien hace hincapié en la “mayor fortaleza” del grupo, con “un modelo de negocio más resiliente, una mayor eficiencia en los márgenes y un balance más sólidos”.
El empresario hizo las declaraciones con motivo de la presentación de los resultados de los nueve primeros meses del año, periodo en el cual han mejorado todos los indicadores de la cadena. Su beneficio neto aumenta un 28,3% respecto a 2023, ascendiendo a 139,4 millones de euros, mientras que el Ebitda sin plusvalías continúa la tendencia positiva y se sitúa en 425,9 millones, un 10,1% por encima de 2023. Si se considera exclusivamente el tercer trimestre, el Ebitda es de 188,3 millones, superando en un 11,8% el registrado hace un año.
Los ingresos de Meliá en el tercer trimestre suben un 2,7%, hasta 584,1 millones, y si se toman en consideración los nueve primeros meses de 2024, ascienden a 1.544,1 millones (+4,5%). Ello, junto con las eficiencias logradas a través de la digitalización y el nuevo modelo operativo, ha permitido a la cadena mejorar su margen de Ebitda en 146 puntos básicos en los nueve primeros meses del año.
Otro dato a tener en cuenta es la mejora de la situación de liquidez, que se eleva a 482,3 millones de euros al cierre de septiembre, frente a los 391,7 millones de finales junio. La deuda neta financiera se reduce hasta 832,2 millones gracias a la generación de caja operativa.
En relación al tercer trimestre, Escarrer resalta que “ha sido, por tercer año consecutivo, una temporada de verano positiva”, afianzándose “la disposición a viajar y el auge global del turismo experiencial, junto con la demanda incremental de productos y servicios premium y de lujo, así como la consolidación de la recuperación del segmento corporate y MICE, que mostraron un crecimiento de doble dígito respecto al año anterior”.
“En términos generales, los primeros nueve meses del año nos confirman una saludable tendencia a la normalización del crecimiento, si bien las llegadas de turistas nacionales e internacionales volvieron a superar los registros del año anterior, así como el desembolso medio por visitante”, concluye.