La compañía de cruceros Carnival anunció el pasado viernes que se desprenderá de trece de sus buques, que suponen el 9 % del total de sus plazas turísticas, con el objetivo de reducir sus operaciones ante las pérdidas económicas que le suponen las suspensiones de viajes por la pandemia de la COVID-19.
En un comunicado, la empresa afirmó haber vendido ya una de las naves en junio y tener otro acuerdo para desprenderse de cinco más, así como pactos preliminares para deshacerse de otros tres, y que previsiblemente todos ellos dejarán de formar parte de la flota de Carnival en los próximos tres meses.
Carnival aseguró que estos acuerdos se suman a la venta de cuatro barcos que ya había anunciado antes del año fiscal 2020.
“Seremos una empresa más simple y eficiente para optimizar la generación de caja, amortizar deuda y posicionarnos para recuperar con el tiempo el grado de inversión aportando sólidos retornos a nuestros accionistas”, expresó su presidente y consejero delegado, Arnold Donald.
La empresa de cruceros tuvo una pérdida neta de 4,370 millones de dólares, o 6.07 dólares por acción, en el trimestre que cerró el pasado 31 de mayo, la mayor en un trimestre en su historia, con ingresos de apenas 740 millones de dólares.
En su anunció, Carnival explicó además que espera recibir con retraso cinco de los nueve buques que en un principio se le iban a entregar en los años fiscales 2020 y 2021, así como los barcos cuya incorporación estaba prevista para los años fiscales 2022 y 2023.
Debido a dicha demora, la compañía se ha visto obligada a redistribuir algunos navíos, lo que provocará cancelaciones de cruceros hasta mayo de 2021, aunque el grupo explicó que cerca de la mitad de los clientes de cruceros cancelados ya habían solicitado la devolución de los billetes hasta el 21 de junio.
No todo son malas noticias para la compañía, pues dijo que cerca del 60 % de las reservas que tiene para 2021 se realizaron en las primeras tres semanas de junio de este año.
