El cannabis es la droga ilegal más consumida por los jóvenes españoles. Sobre ella se extienden bulos y mitos que fomentan su consumo. Para alertar, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha lanzado este verano la campaña “Los mitos del cannabis son una fumada”.
Según la Encuesta sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), en 2021, al menos un 28 % de los estudiantes de entre 15 y 18 años había consumido cannabis alguna vez, un 22,3 % de estos jóvenes lo habían hecho en el último año y un 15 % en el último mes.
Estos datos convierten al cannabis en la droga ilegal más consumida por los jóvenes españoles.
Considerando la totalidad de los estudiantes de secundaria que abarcan de los 14 a los 18 años, los consumidores problemáticos de cannabis, es decir, con riesgos para sus relaciones o dificultades para el aprendizaje, son el 3 % de este grupo de población.
El estudio del Centro Reina Sofía elaborado por Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) Juventud, “Representación social del cannabis 2022. Evolución desde la mirada diferencial de la población joven”, señala que cada vez son más los jóvenes los que ven el cannabis como una sustancia accesible, cercana y visible.
Sin embargo, detrás de su extendida popularidad se esconden mitos y bulos que fomentan su consumo.
Con el objetivo de desmontar estas falsas creencias sobre el cannabis, FAD Juventud lanza su nueva campaña digital de sensibilización titulada “Los mitos del cannabis son una fumada”, dirigida a jóvenes de secundaria entre 15 a 24 años, que se desarrollará en redes sociales (Tik Tok e Instagram) y que cuenta con una web informativa que habla sobre esos bulos.
La verdad tras el consumo de cannabis entre los jóvenes
Fumar cannabis se esta normalizando entre los jóvenes. Tanto es así, que al menos 7 de cada 10 considera que el consumo frecuente de esta sustancia es menos perjudicial para la salud que el consumo frecuente de alcohol o de tabaco.
La campaña cuestiona esta y otras ideas como que el consumo de cannabis facilita la concentración.
Según el informe ESTUDES, tan solo 1 de cada 5 jóvenes que fuman cannabis para mejorar su concentración obtienen calificaciones de sobresaliente o notable.
Por otro lado, cuando no se produce este tipo de consumo, el porcentaje de alumnos con resultados académicos altamente satisfactorios sube al 50,9%.
La directora general de FAD Juventud, Beatriz Martín Padura, afirma: “No podemos correr el riesgo de olvidarnos como sociedad de que el cannabis es una droga y que su consumo constituye un problema de salud pública de primer orden, independientemente de su estatus legal o de cualquier otra consideración”.
“El consumo de cannabis provoca alteraciones en el funcionamiento normal del cerebro, sobre todo en adolescentes y jóvenes. Y no podemos olvidarlo”, concluye.
Riesgos del consumo de cannabis
Problemas de salud mental y de desarrollar depresión, ansiedad, psicosis e, incluso, ideas suicidas.
Aumenta la frecuencia cardíaca, efecto que dura más de tres horas tras su consumo.
Efectos sobre la memoria y la capacidad cognitiva.
Genera los mismo problemas respiratorios que el tabaco e incrementa la posibilidad de padecer enfermedades pulmonares y cáncer de pulmón.
Mitos y “fumadas” sobre el cannabis
- Es una sustancia natural e inofensiva para la salud: Es verdad que el cannabis procede de una planta natural pero esto no significa que sea inocuo. Existen sustancias naturales, como el opio o el tabaco, y nadie duda de que su consumo es nocivo para la salud.
- Mejora la concentración y ayuda a relajarse: Los efectos varían según la cantidad, la forma en la que se consume y la tolerancia que tiene cada persona a ella. Con el consumo disminuyen los reflejos y la coordinación motora y también afecta a los procesos relacionados con la memoria y la atención. Asociado a un consumo regular, puede causar alteraciones del sistema nervioso.
- Es menos perjudicial que el tabaco: El cannabis contiene muchos de los carcinógenos del tabaco. Si se consume fumado, sin filtro y realizando aspiraciones profundas, aumenta el riesgo de padecer enfermedades pulmonares. Además, tiene un efecto broncodilatador, lo que propicia la absorción de las sustancias tóxicas.
- No produce adicción y el consumo puede controlarse: Su consumo continuado puede producir adicción, especialmente cuando se inicia en la adolescencia. Su consumo habitual produce síndrome de abstinencia y de tolerancia, es decir, cada vez se necesita una dosis mayor para conseguir los efectos deseados.
Los cannabinoides son compuestos derivados de la planta denominada Cannabis sativa, que se cultiva prácticamente en todo el mundo.
Para su consumo (fumada mezclada con tabaco y oral en infusiones, tortillas y repostería) se suele presentar de tres formas, informa la FAD:
- “Marihuana o hierba” preparada a partir de las hojas secas, flores y pequeños tallos de la Cannabis sativa.
- “Hashish o hash”, que se elabora prensando la resina de la planta hembra, dando lugar a un bloque de color marrón.
- Concentrado líquido conocido como “aceite de cannabis o aceite de hachis” que se obtiene mezclando la resina con algún disolvente como acetona, alcohol o gasolina, el cual se evapora en parte.