Por: María Marte Cazando amaneceres y atardeceres
Había llegado a un hotel frente al mar, el St. Regis de Zhuhai en China. Eso es algo que estaba fuera de mi presupuesto y por razones económicas, tampoco dentro de mis planes. Simplemente de las cosas maravillosas que nos llegan, dejándonos asombrados y a la vez preguntándonos ¿Soy yo que estoy aquí? Desde Quebrada Honda, mi campo, al hotel más lujoso de Zhuhai en China. Sencillamente no lo podía creer, aquella estructura de diseño majestuoso que hace contraste con el exuberante despliegue de lujo en todas sus áreas, me dejo impactada.
Nos registramos y ya en la habitación, encendí la televisión y me encanto ver mi nombre en la pantalla dándome la bienvenida. Salí a recorrer el hotel y aunque trabaje en importantes cadenas hoteleras, los cuales eran bonitos, confortables y de playas hermosas, aquí en mi país: no eran tan lujosos. Seguí el recorrido tratando de no poner ojos de admiración, porque ahí todo es increíblemente hermoso.
La sorpresa del Chef Mikele Tenzone
Luego subí a prepararme para cenar en restaurante La Brezza, todos los platos eran bien elaborados, las presentaciones impresionantes, buen servicio y las vajillas y cuberterías eran para admirarlas.
Seguí descubriendo nuevos sabores, cada vez más deliciosos. Después de varias copas de vino, me sentía más alegre y cada vez que levantaba la copa, antes de elevarla pensaba en el precio de cada una y la chocaba como si acariciara un niño o en cámara lenta para que romperla. De todo lo que disfrute esa noche lo que me hizo sentir más feliz y orgullosa, fue enterarme que la gran mayoría de los platos que deguste los haba ideado el chef Mikele Tenzone, mi yerno, a quien aprecio y admiro mucho.
En este hotel la suite presidencial tiene un costo de un millón de pesos diario. Desde la deslumbrante puerta de entrada, se suceden varias salas, bares, piscina, bibliotecas, habitaciones, áreas de recibimientos, terrazas y gimnasios. Wau, Es algo así…. cómo un hotel dentro de otro hotel.
Viaje hacia Hong Kong atravesando el puente mas largo del mundo
Al otro día, después del desayuno, nos fuimos al aeropuerto a comprar boletos para ir a Hong Kong, había que elegir si viajar en trenes o en autobús. Yo privando de valiente elegí lo que creí seria como viajar en mi país por autopista, pero no, a las que estoy acostumbrada. Cruzamos el puente más largo del mundo, el Hong Kong-Zhuhai-Macao de 55km sobre el mar. Impresiona ver los barcos enormes y uno cruzando por encima de ellos en guagua en medio del mar. Cerraba los ojos tratando que mi pánico no aumentara, pero cuando entramos al túnel de 6.7, km. debajo del mar, me puse un poco tensa, baje la cabeza para orar y aunque el trayecto transcurrió menos estresante por mis oraciones, aun así, no dejaba de preguntarme ¿Y si se pincha una pared de estas?
Gracias a Dios llegamos bien. Hong Kong, es una de las dos regiones autónomas de China, esta densamente poblado, muchos rascacielos y grandes comercios. En el centro nos espera una parada casi obligatoria, en el café del emblemático hotel The Península, es la compañía hotelera más vieja de Asia y todavía funciona. La gran mayoría de las plazas tienen cientos de pequeños restaurantes de distintas nacionalidades, pero se debe entrar con cuidado debido a lo estrecho de sus espacios. Recomiendo tomar un barco de los que cruzan a la bahía, debe preparase para subir escalones y luego de subir y subir, podrá apreciar mejor la belleza de la ciudad.
Plaza International Comerce Centre
Luego baje y visite la Plaza International Comerce Centre, es el edificio más alto de Hong Kong, tiene 118 plantas, en el piso 102 al 118 se encuentra el hotel Ritz Carlton tiene la piscina más alta del mundo. con vista impresionantes hacia la bahía y toda la ciudad. Luego fui a un bar que está en el piso 118, allí con los pies adoloridos, y la sensación que desde esa altura era suficiente para conocer Hong Kong, pedí una cerveza para deleitarme apreciando las impresionantes luces de la hermosa ciudad oriental.
Ya descansada tomé mi mochila y salí de ahí, cada vez más decidida a continuar mi trayecto hacia otra de las tantas ciudades chinas que tuve la oportunidad de visitar, en otras entregas les seguiré contando.
Definitivamente, para hacer turismo la edad es solo un número