La menta es una planta herbácea perteneciente a la familia de las labiadas, conocida científicamente como Mentha. Es originaria de Europa y Asia, aunque se cultiva en diversas partes del mundo debido a sus múltiples usos. Existen varias especies, siendo las más comunes la Mentha piperita (menta piperita) y la Mentha spicata (hierbabuena).
Es apreciada por sus hojas aromáticas, que contienen aceites esenciales como el mentol. Este componente confiere a la planta su característico aroma y sabor refrescante. La menta se utiliza en la gastronomía para condimentar platos, en la industria farmacéutica para la elaboración de productos medicinales y en la industria cosmética por sus propiedades refrescantes y antibacterianas. También es utilizada en infusiones y preparados caseros por sus efectos digestivos y calmantes.
¿Cómo ayuda la menta a aliviar los síntomas de los resfríos?
¿Cómo ayuda la menta a aliviar la indigestión?
La menta es conocida por sus propiedades beneficiosas para el sistema digestivo, siendo recomendada por expertos de Mayo Clinic para aliviar síntomas de indigestión.
El consumo moderado de menta puede ayudar a mitigar estos síntomas gracias a su capacidad para relajar los músculos del tracto gastrointestinal, facilitando una digestión más suave y reduciendo la acumulación de gases.
La menta es conocida por sus propiedades beneficiosas para el sistema digestivo, siendo recomendada por expertos de Mayo Clinic para aliviar síntomas de indigestión. El consumo moderado de menta puede ayudar a mitigar estos síntomas gracias a su capacidad para relajar los músculos del tracto gastrointestinal, facilitando una digestión más suave y reduciendo la acumulación de gases.
Un estudio publicado en la National Library of Medicine (NIH) de Estados Unidos respalda la efectividad del aceite de menta, especialmente en cápsulas con recubrimiento entérico y liberación retardada, para aquellos que padecen síndrome del intestino irritable (SII).
Estas cápsulas están diseñadas para liberar los componentes activos de la menta directamente en el tracto gastrointestinal, donde ayudan a reducir las contracciones musculares dolorosas y las molestias asociadas con el SII. Sin embargo, es importante que este tratamiento sea recomendado por un profesional de la salud, ya que la dosificación y la forma de administración son cruciales para obtener los beneficios óptimos y evitar efectos secundarios.
Además de su uso en formato de cápsulas, la menta también puede consumirse en forma de infusión para obtener beneficios digestivos. El té de menta, preparado con hojas frescas de la planta, no solo proporciona una bebida refrescante sino que también puede aliviar la indigestión al relajar los músculos del estómago y del intestino. Esta forma de consumo es accesible y efectiva, ya que permite disfrutar de las propiedades calmantes del mentol, el principal compuesto activo de la menta, sin necesidad de recurrir a medicamentos.
Cómo incorporar la menta a la dieta
La menta puede incorporarse a la dieta de diversas maneras debido a su versatilidad en la cocina. Es ideal para añadir frescura a ensaladas, combinándola con otras verduras. También puede utilizarse en sopas, salsas para pastas o carnes, y en postres como helados o recetas que contengan chocolate. Debido a su intenso sabor, se aconseja usar pequeñas cantidades.
En cuanto a bebidas, se puede agregar como saborizante en limonadas, cócteles y tés. Para preparar un té de menta, se recomienda usar hojas frescas bien lavadas, vertiéndoles agua caliente y dejándolas reposar de 5 a 7 minutos. También se puede endulzar al gusto con miel o azúcar. Además, el té de menta se puede combinar con ingredientes como limón, jengibre o canela para varías sabores.
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-*Información de Infobae*